domingo, 16 de octubre de 2011

Cuando una puerta se cierra...


Casi aseguraría por completo a que existe un refrán para cada ocasión que la vida nos plantea, aunque a veces no se ajuste totalmente a nuestra realidad…

  Alguien  dijo una vez que ``Cuando una puerta se cierra, otra se abre´´  y puede ser, pero pretendemos que esa puerta metafórica se nos aparezca de un día para otro delante de casa, a la salida del portal, y que ella solita solucione todos los problemas. Que sea una gran puerta de roble macizo, barnizada e incluso con un pomo en la mitad de su envergadura  que brille como guiñándonos un ojo e invitándonos a solucionar todo lo que nos  preocupa. En resumen, una puerta enorme y fácil de localizar…¿Seguro?, a veces, el secreto de las cosas hace que yazcan escondidas detrás de algo que nos impida localizarlas en un primer instante, porque así ellas mismas se aseguran que la persona que las encuentre lo hará, a bien seguro, tras varios intentos, que habrá tenido que remover cielo y tierra para encontrarlas. Pero puede que dicha puerta sea tan pequeña que tardes en localizar días, meses, e incluso años y que además sea una mísera puerta fabricada de un material ruin.
 Por eso creo, que cuando no conseguimos algo que realmente deseamos, es porque no hemos encontrado la puertecita que se encuentra escondida detrás de algo enorme que nos bloquea la visibilidad. Con empeño e ilusión llegará el día en que nos  fijemos en una esquinita oscura y digamos : ``¿Ahí has estado todo este tiempo?´´, e inmediatamente después demos un paso al interior.


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